Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una apelación universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, para proteger el planeta y para garantizar que todos sus habitantes gocen de paz y prosperidad.
La implicación del mundo empresarial es imprescindible para alcanzar las metas planteadas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por un lado porque las empresas están comprometidas con el progreso de la sociedad en que se desenvuelven. Asi también porque la prosperidad empresarial no encaja en un mundo de pobreza, desigualdad, incertidumbre y estrés ambiental.
Para que el compromiso empresarial sea eficiente, es indispensable que la empresa moderna establezca su estrategia de negocio en línea con los ODS que son universales, trascienden fronteras y son relevantes tanto para las relaciones laborales como para los mercados y la comunidad. Una estratégia alineada con los objetivos ODS contribuirá con una economía más productiva y eficiente; lo cual tendrá un impacto directo en la mejora del nivel de vida de la población, la disminución de la pobreza extrema, y el uso optimizado de los recursos naturales.
Los ODS proponen un ambicioso plan para lograr una economía mundial más responsable e inclusiva con las personas y con el planeta. Para ello se requiere gran capacidad innovadora e instituciones sólidas capaces de afrontar con éxito los grandes retos en el camino hacía una sociedad equitativa y próspera. En éste nuevo entorno, la empresa moderna se ve en la necesidad de adoptar nuevas prácticas y compromisos que van más allá de los asumidos tradicionalmente con accionistas y administración. La empresa moderna va adquiriendo un fuerte rol fundamental de responsabilidad social y mundial. En sus desiciones a largo plazo, la empresa involucra nuevas concepciones sobre el valor del capital humano, el valor del medio ambiente, la innovación, la cooperación internacional, el intercambio de conocimientos y la inclusión de los grupos de interés; tanto con un enfoque local como global.
